Imagínate despertando por la mañana…
Estirando tus brazos y dando un último gran bostezo, antes de prepararte para trabajar o hacer tus actividades diarias.
¿Qué es lo primero que se te antoja hacer?
¡Coincido contigo! No hay nada más placentero que iniciar el día con una taza caliente de café o té.
Y es que, si bien hay un debate y hasta una notoria división entre los amantes del café y del té, lo cierto es que la historia de ambas bebidas está llena de misticismo y leyendas mágicas.
El origen del té se remonta a hace más de 5000 años, cuando, según una leyenda, el emperador chino Shen Nung dormía debajo de un árbol y un puño de hojas cayeron por accidente sobre agua hirviendo.
Esa pudo ser la primera vez que la humanidad conoció el té. Aunque otra teoría señala que fue un descubrimiento paralelo, de todas las culturas madre del mundo: Mesopotamia, Egipto, China, India, Las Andinas y Toltecáyotl.
El té se expandió por el planeta, especialmente por las propiedades curativas de algunas hierbas.
En la actualidad, se estima que cada segundo se consume en todo el mundo 15,000 tazas de té.
El rey absoluto es el té negro, que representa el sorprendente 75% del consumo mundial de esta bebida, por su potente sabor, así como por sus beneficios para la salud: ayuda a reducir el colesterol y fortalece el sistema cardiovascular.
Después, se encuentra el té verde, el segundo en la lista global de los más preferidos por ser rico en polifenoles y antioxidantes que mejoran la salud del cerebro.
Los tés rojos son los más exclusivos porque requieren un proceso de fermentación en barricas que va de los 2 a los 60 años. Por eso, en la antigüedad eran únicamente degustados por emperadores.
El té matcha también es uno de los más consumidos, por sus abundantes antioxidantes. No obstante, la recomendación es no consumir más de 2 g de matcha al día.
Ese es el top de los tés más populares mundialmente. Pero México tiene una lista muy particular.
En nuestro país, el té de manzanilla es el más consumido, a causa de sus propiedades antiinflamatorias.
El segundo más preferido es el té de limón y le sigue el de hierbabuena, ambos usados tradicionalmente para contrarrestar malestares estomacales.
Del mismo modo, hay muchas historias en torno al origen del café; una de las más populares asegura que fue descubierto en el siglo XIII por el Pueblo Oromo de Etiopía y, desde ahí, llegó a Egipto y Yemen.
En general, la planta del café florece en los países del trópico, en donde sus granos pueden secarse y fermentar hasta adquirir un color rojizo.
Nace de dos árboles: el robusta y el arábica. El primero es mucho más fácil de cultivar y resistente, pero también es menos aromático.
Mientras que el café arábica, si bien requiere más cuidado, posee notas de sabor más delicadas que le hacen ser irresistible.
Ahora bien, fue hasta el siglo XV que los granos de café comenzaron a tostarse y molerse en Arabia, casi de la misma forma que se hace en nuestros días.
En el siglo XVI, el café se esparció por todo Medio Oriente, África del Norte y Turquía. Y después a Italia, Indonesia, Europa y América.
El café llegó a México en el año 1975, en barcos de inmigrantes franceses.
Veracruz, específicamente en Córdoba, fue la primera región en que inició la producción del café mexicano.
La cosecha del café continuó extendiéndose en territorio nacional, hasta consolidarse como uno de los mayores productores a nivel mundial, junto a países como Brasil, Vietnam, Indonesia y Colombia.
En México el café predilecto es de olla y negro, seguido del americano, capuchino y, por supuesto, el espumoso café con leche que sigue sirviéndose en las tradicionales loncherías de la CDMX.
En el resto del mundo el favorito es el expreso.
El segundo es el café americano y el tercer lugar se lo lleva el capuchino.
Para disfrutar de lo mejor del café y el té se recomienda utilizar productos de alta calidad y lo más naturales posible, es decir, evitar los procesados.
La temperatura ideal para estas bebidas oscila entre los 92 y 96°C.
Sin embargo, es posible tener un sabor exquisito sin llegar a una temperatura alta.
Y hacer infusiones en frío, incluso con abundantes hielos, es la opción que brinda más placer a aquellas personas que padecen de acidez estomacal. Pruébalo por ti mismo y te aseguro que tu perspectiva sobre el té y el café cambiará radicalmente.
Hasta aquí, has aprendido muchísimo sobre el café y té.
Pero, a continuación, vamos a revelarte una gran verdad que solo los especialistas de estas bebidas conocen...
¡El ingrediente principal en tu taza de café o té es el agua!
Este es el secreto que da acceso a la felicidad en cada taza.
Porque, después de todo, el café y té son 98.5-99% de agua.
Por eso una taza de agua de baja calidad puede transformar los granos y hojas más gourmet en un simple bah.
Para disfrutar de un verdadero abanico de sabores en tu paladar, el agua que utilizas en tus bebidas debe ser agua pura, pero con los minerales esenciales del agua, incluyendo el sodio y magnesio.
Es decir, el agua en su estado más puro sí tiene sabor y este proviene de los minerales.
De hecho, minerales como el potasio ayudan a potenciar lo amargo del café y a hacer más profundas las notas del té.
Por ello, utilizar agua destilada o extra purificada en tus bebidas no es recomendable.
Entonces, ¿cuál es la clave?
Lo ideal es tener lo mejor del agua (que son los minerales) sin la presencia de sustancias químicas, como el cloro, que alteran el sabor de los granos de café y de las hojas de té.
Además, algunos sólidos disueltos en el agua, incluyendo el plomo, mercurio y arsénico, asociados a un mayor riesgo de padecer enfermedades cardiacas, también afectan el sabor y consistencia en las bebidas, haciéndolas mohosas y de sensación metálica.
Igualmente, la presencia de calcio en el agua modifica el sabor final de tu té o café.
Por eso es necesario cuidar la calidad del agua que usas en tus bebidas.
La fórmula para tener éxito es sencilla: la exquisitez de tu café y té es directamente proporcional a la calidad del agua.
¡Solo así podrás vivir una gran experiencia de matices y notas de sabores, de principio a fin!
Pss, pss...
Recuerda que lo más saludable de acuerdo con la FDA (Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos) es no exceder la cantidad de 4 tazas de café, té, o de cualquier otra bebida que contenga cafeína, al día.
Ahora ya conoces el secreto para bebidas deliciosas sin salir de casa.
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